Blogia
Marine

Esperanza



Esperanza,
araña negra del atardecer.
Tu paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.
Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.

Ángel González

1 comentario

jnj -

Gracias por traer aquí estos bellos versos de mi poeta favorito.

Fíjate bien cómo, pese al decaimiento espiritual que nos traslada la voz del poeta, éste, en última instancia, no hace sino un supremo esfuerzo de voluntad. La araña ha de morder su corazón, porque ha de ser desde éste desde donde nazca la esperanza.

Otro buen poeta, José Manuel Caballero Bonald, ya escribió en cierta ocasión: "La soledad me salva de estar solo".

Besos, preciosa.